Jornadas_Jean_Laplanche_2016

Jornadas Internacionales Jean Laplanche 2016

Lo mito-simbólico: ¿ayuda u obstáculo a la traducción?

Tutzing

2016

Lo mito-simbólico es la expresión con la que Laplanche designa un conjunto de «códigos [y] de esquemas narrativos preformados» proporcionados por el entorno cultural general [Sexual p 208].

 

Incluye códigos como los del «complejo de Edipo», el «asesinato del padre» o el «complejo de castración», así como esquemas narrativos más modernos, en parte relacionados con los precedentes, pero en parte novedosos» (p 209).

 

Estas precisiones se encuentran en su texto de 2003 «Tres acepciones de la palabra «inconsciente», y es en oposición a las otras dos acepciones de la palabra, es decir, el inconsciente sexual reprimido y el inconsciente enclavado no reprimido, que es posible comprender su alcance. Oposición en la medida en que lo mito-simbólico no es una producción de la mente individual, sino una producción social que no depende de lo sexual. En esto se afirma la crítica laplanchienne del pansexualismo. Y es precisamente de esta pertenencia a lo no-sexual que lo mito-simbólico mantiene su poder frente a la sexualidad. Se utiliza como un recurso para intentar poner orden en el desorden que lo sexual provoca en el yo. En otras palabras, lo mito-simbolismo es un recurso que puede ser utilizado como una «ayuda a la traducción» (Martens).

 

En una primera aproximación, entonces, lo mito-simbólico es un recurso utilizado para limitar el poder excitante de la seducción. Pero en un segundo momento podemos preguntarnos si lo mito-simbólico no puede funcionar también, al contrario, como un mensaje. Al contarle a un niño mitos o cuentos de hadas, ¿qué mensajes enigmáticos le envía el socius? ¿Cuál sería entonces el estado de estos «mensajes» mítico-simbólicos?
¿No se podrían relacionar con otros mensajes enviados por el socius, como los mensajes de asignación que están en juego en el género? ¿Cómo, en la clínica, hacer el reparto entre estas dos polaridades posibles del mito-simbólico?

 

El acceso a lo mito-simbólico adopta nuevas modalidades. Pasar del relato de un narrador a la imagen de una pantalla de ordenador o de televisión, ¿es irrelevante en el uso de lo mito-simbólico por parte del niño? Cuando se trata de la narración y del código, lo mito-simbólico está ante todo al servicio de la traducción del mensaje comprometido. Pero cuando se trata de la imagen o del bombardeo de imágenes, ¿no estaría más bien del lado de la captura imaginaria, es decir, dotado de un poder de estupefacción que sería más bien anti-traductivos?

 

Y en esta discusión ¿qué lugar debe asignarse a la religión? «[Las representaciones religiosas] que se presentan como dogmas, no son resultado de la experiencia o del pensamiento, son ilusiones»… «A las preguntas-enigmas planteadas por el deseo de saber humano, como la de la génesis del mundo y la relación entre lo corporal y lo anímico, se desarrollan respuestas basadas en las presuposiciones de este sistema [religioso]; lo que constituye un formidable alivio para la psique individual es que los conflictos de la infancia procedentes del complejo paterno, conflictos nunca totalmente superados, le sean retirados y se orienten hacia una solución aceptada por todos» (Freud: «El porvenir de una ilusión»). Al acercar el texto de Freud al de Laplanche, ¿corremos el riesgo de sobrepasar el sentido que Laplanche otorga a lo mito-simbólico en la teoría de la seducción generalizada?