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Presentación

No es casual que la primera alusión que hace Laplanche a la «situación antropológica fundamental» (SAF), sin usar todavía este término, la encontremos en Nuevos fundamentos para el psicoanálisis [1], donde presenta por primera vez la teoría de la seducción generalizada. Laplanche (1987/1989, p.94-96) parece encontrar apoyo e inspiración en las observaciones presentadas por la antropóloga Margaret Mead en Macho y hembra [2], así como en la lectura y el comentario que  hace de esa obra el filósofo Maurice Merleau-Ponty [3] La idea es que a partir de las diferencias encontradas en las culturas estudiadas por la autora se puede llegar a detectar lo que sería específico del ser humano, por oposición a aquello que, pese a su gran generalidad, no deja de ser una solución particular, contingente, frente a un dato antropológico universal.

De esta investigación se desprende que lo propio de nuestra especie no es el orden de la situación edípica ni el de las diferencias de género, que suelen pensarse desde el código de la castración; tampoco la relación de apego madre-bebé, característica de los mamíferos en general, sino la situación adulto-infante. En esta situación, por definición asimétrica, un adulto se hace cargo de un bebé que inicialmente no tiene constituido el inconsciente ni el orden pulsional ( y menos aún el instinto sexual, que aparece recién en la pubertad). Se trata de un infante pasivo respecto al adulto; un bebé que no dispone de las respuestas psicofisiológicas innatas apropiadas ni de los códigos culturales necesarios para hacer frente a los mensajes comprometidos por la sexualidad infantil, inconsciente, de su cuidador/a. Por lo tanto, un niño que, en el origen, se encuentra necesariamente expuesto al traumatismo (cf. la entrevista de A. Braconnier a J. Laplanche).

Desde un punto de vista filosófico, el problema del otro – y del mundo interno en general – puede verse bajo otra luz si abandonamos el paradigma cartesiano. Así, la prueba de la existencia del otro ya no depende de “mi percepción” y de “mi pensamiento” sino que, por el contrario, como premisa para sustentar mi propia existencia subjetiva debo asumir que primero ese otro me percibe, me piensa y, sobre todo, se dirige a mí. Freud pudo iniciar la crítica de esa filosofía solipsista, profundamente aferrada a la premisa incuestionable de un sujeto racional y auto-centrado, con su concepción del inconsciente; pero esa tesis de un «otro interno» solo podía sostenerse si «ello» tenía su origen, a su vez, en un «otro externo», es decir en la otra persona: el adulto y su inconsciente. Aunque Freud nunca abandonó del todo la teoría de la seducción traumática, lo cierto es que la tendencia más fuerte en su obra – y en el psicoanálisis post-freudiano – es finalmente la misma que encontramos en cada uno de nosotros: volver a pensarnos cartesianamente como sujetos auto-centrados, Para salir verdaderamente de esta visión no basta, pues, con colocar el centro en nuestro inconsciente, considerándolo como innato; hace falta pensar que el origen de nuestras instancias psíquicas está en el otro, el adulto cuidador (Cf. Laplanche, «La teoría de la seducción y el problema del otro»).

El enorme alcance que supone la noción de SAF para la metapsicología y la práctica psicoanalítica puede observarse en varios de los desarrollos y profundizaciones recientes de la teoría de la seducción generalizada, que encontramos tanto en Laplanche [4] como en varios otros autores [5]. Por ejemplo, ¿puede ayudarnos a integrar mejor nuestra teoría pulsional con aquélla de la tópica psíquica (cf. el texto de D. Scarfone)? ¿Puede contribuir a nuestra comprensión de un concepto tan importante como el de «introyección»? ¿Y qué decir de la noción de «venganza», tan constante y notablemente presente en la obra de Freud que cuesta creer que no se le haya otorgado un estatuto conceptual en la teoría psicoanalítica? (Cf. respectivamente, los textos de J-M. Dupeu).

La noción de SAF también tiene consecuencias para la epistemología del psicoanálisis, pues nos ayuda a delimitar más precisamente la especificidad de nuestro objeto y de nuestro método gracias a una distinción cada vez más clara entre “realidad psíquica” y “realidad psicológica”. La dimensión histórica de la constitución del inconsciente individual a partir de otro(s) concreto(s) y de su(s) mensaje(s) es lo único que permite sustentar la hipótesis, tan defendida por Laplanche desde el comienzo de su obra, de un «realismo del inconsciente» (Cf. el texto de H. Tessier).

A fines de la década de 1990, el concepto de situación antropológica fundamental ya está totalmente incorporado en el vocabulario de LaplancheEn la Introducción de  Entre seducción e inspiración: el hombre (1999/2001) se refiere a la SAF como el motivo rector del conjunto de los artículos que conforman el libro. De hecho, en textos posteriores a Nuevos fundamentos para el psicoanálisis, cuando Laplanche comienza a explorar todos los corolarios de su teoría, vamos descubriendo que el concepto en cuestión no solo atañe al psicoanálisis sino también a otras disciplinas [6], con las que ahora podemos dialogar de manera más rica y fluida. En este número incluimos un ejemplo reciente de este diálogo con una disciplina afín: la psicología del desarrollo temprano, que actualmente se apoya en observaciones de la interacción precoz madre-bebé (cf. el texto de M. Bydlowski). 

Por lo demás, la situación antropológica fundamental cuenta con sustento bio-evolutivo y bio-antropológico en la teoría de la prematuración del biólogo Louis Bolk (cf. el texto de F. Martens). Pero además, punto fundamental para Laplanche, se trata de una situación que puede deducirse a partir de lo que ocurre en la «situación analítica» (cf. el texto de D. Scarfone).

Deborah Golergant

[1] Paris, PUF, 1987/ Buenos Aires, Amorrortu, 1989.

[2] M. Mead (1949), Buenos Aires, Alfa, 1976.

[3] Bulletin de Psychologie, vol. 18, n° 236, noviembre de 1964, págs. 3-6.

[4] Cf. sobre todo en Entre seducción e inspiración: el hombre ( 1999)/Buenos Aires, Amorrortu, 2001 y  Sexual. La sexualité élargie au sens freudien, PUF, 2007.

[5] Cf. por ejemplo, http://revistaaprescoup.net/autores/

[6] Además de la fiolosofía, la antropología, la lingüística, los estudios de género, la pedagogía, la crítica cultural, etc.

Deborah Golergant

«The theory of seduction and the problem of the other», in International Journal of Psychoanalysis (1997), 78, 653.

«La situation anthropologique fondamentale», in H. Tessier, Rationalisme et émancipation en psychanalyse : l’Œuvre de Jean Laplanche, PUF, 2014, p. 72-78.

«Processus d’introjection et théorie traductive de la constitution de l’appareil psychique», in J-M. Dupeu, L’interérêt du psychodrame analytique, PUF, 2010, p. 253-261 (Extrait).

«Actualité de la séduction», Annuel de l’APF 2015/1 (Annuel 2015), p. 147-158.

«Pour introduire le concept de vengeance en psychanalyse », Revue française de psychanalyse, 2015/2 (Vol. 79), p. 368-380.

«Cinq conséquences de la «fœtalisation», in Le Coq- Héron nº224, « L’enfant mal accueilli », 2016.

«La situation anthropologique fondamentale de Jean Laplanche et le concept d’intersubjectivité dans le développement néonatal : des points de contact », in C. Dejours y Felipe Votadoro (dir), La séduction à l’origine. L’ouvre de Jean Laplanche, PUF, 2016.

Alain Braconnier

«Entretien avec Jean Laplanche», Le Carnet PSY 2002/2 (n° 70), p. 26-30 (Extrait).